Norma Escandón

27 de mar de 2020

Tu interior, el lugar más seguro en momentos inseguros

Actualizado: 28 de mar de 2020


 
El miedo se ha apoderado del mundo entero, y es muy fácil caer en un cuadro de ansiedad y angustia por tanta incertidumbre sobre el futuro.
 

 
Sin embargo, el miedo no es una reacción física del cuerpo sino que es creado en la mente influenciada por nuestras historias personales y experiencias. Lo que sí es una reacción física es el cortisol, o mejor conocido como "hormona del estrés". Esa sí es generada por nuestro cuerpo cuando sentimos miedo.
 

 
Entonces sería bueno preguntarse a sí mismo ¿Cuál es la historia que estoy creando en mi mente sobre cierto acontecimiento? ¿Qué tanto esas historias creadas en mi mente afectan mi estado de ánimo?
 

 
Poniendo atención a las historias creadas (o creídas) que nos generan miedo o angustia podremos detectar los detonadores que debemos evitar.
 

 
No hay certeza sobre el futuro, nadie la tiene… Por esto mismo es que debemos permanecer en paz. Y sé que eso suena como a un cuento de hadas pero la realidad es que las personas que hacen “trabajo interior” son probablemente aquellas que -incluso en tiempos de pandemia- se encuentran más “en paz”.
 

 
Pero ¿Cómo lograr la paz interior..?
 

 
Es más sencillo de lo que parece, sin embargo como todo hábito que deseemos integrar, require de constancia y disciplina. La clave está en el tiempo que pasamos con nosotros mismos.

¿Cuándo fue la última vez que pasaste tiempo en solitario, en silencio y sin distracciones? Plantéate esta pregunta y contéstate honestamente…

Mis recomendaciones para empezar a crear conexión con tu interior son:
 

 
1. Empieza por dedicar 5 minutos de tu día a estar en silencio con los ojos cerrados, respirando profundamente. Busca un lugar en donde puedas estar en completa tranquilidad. Inhala y exhala profundamente… Si llegan pensamientos que te distraen es perfectamente normal, simplemente sigue respirando… Conforme pasen los días ve incrementando el tiempo, tu cuerpo lo irá pidiendo, escúchalo…
 

 
2. Reduce las actividades que sabes te generan estrés o ansiedad. Muchos contenidos en los medios y redes son tan rudos, agresivos y ruidosos que pueden estar afectándonos sin que siquiera podamos percibirlo. Busca aquellos contenidos que te hagan reír a carcajadas, que te transporten a lugares o situaciones que te den confort, que te motiven y te prendan… Evita los que dejen una nube gris encima de ti…
 

 
3. Practica la compasión, tanto con los demás como contigo mismo. Y mira que la palabra compasión abarca tantas cuestiones en la vida, que bien vale la pena profundizar más sobre esta acción amorosa que hemos ido olvidando… Una forma de auto-compasión es precisamente dedicarte esos 5 minutos al día para estar en silencio… ¿Puedes lograrlo?
 

 
4. Los alimentos son energía, y al entrar a nuestro cuerpo generan distintas reacciones. Todo lo que comemos nos afecta de una u otra forma. Una alimentación equilibrada no solo tiene impacto en el organismo, sino también en nuestras emociones. No comas por el solo hecho de comer, aliméntate para estar fuerte de cuerpo y alma.
 

 
Sin duda nuestro interior es el lugar más seguro en momentos inseguros… Solo ahí estás en verdadera conexión con las posibilidades infinitas, con tu propia divinidad y grandeza.


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